domingo, 25 de noviembre de 2012

Donde dije digo, digo Diego.

Rectificar es de sabios. No de cobardes. Rectificar es saber que te has equivocado, es crecer, es tragar tus propios errores para mejorar un poco como persona. Rectificar te hace aprender y ayuda a madurar, pero no es fácil. Yo no rectifico, no me gusta, me da miedo. No quiero que la gente sepa que me equivoco, prefiero que piensen que soy estúpida y defenderé mis ideas hasta el final aunque sepa que son erróneas. Por que cuando rectificas pierdes un poco del control de la situación, y perder el control significa ser más vulnerable. Y vulnerable es débil, y si eres débil la gente te come. Aunque rectificar sea lo mejor, yo no lo hago. Algún día seré capaz de hacerlo o al menos de intentarlo, pero no aún. Ahora aún necesito ser fuerte.

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