domingo, 27 de mayo de 2012

Me derrumbé antes que tú.

Mira, que no. Que no se puede seguir huyendo eternamente y las cosas hay que enfrentarlas tarde o temprano. Aguanté menos que tú, soporte menos tiempo esta tontería de ocultar los sentimientos y me derrumbé antes, aunque parezca que sigo aquí. Y lo he intentado, porque yo nunca he sido de las que se rinden, pero no puedo olvidarte. Y hubo un tiempo que me pareció posible pero ahora cada vez que te veo duele más, y no es fácil. Si fuese luchar contra otro cosa sería sencillo y es muy probable que todo saliera bien, porque te tendría a mi lado y contigo nada podía salir mal. ¿Alguna vez has intentado secar el mar?¿Asfixiar al aire?¿Quemar fuego? Esto es lo mismo. Pelear contra lo que te da fuerzas. He intentado caminar sin ti, y se puede, pero no es lo mismo. Es más difícil, cansa más, tu ausencia pesa. Te echo de menos, lo siento.
http://www.youtube.com/watch?v=Yitb-IVRWhc

sábado, 19 de mayo de 2012

Fue mi única decisión egoísta, también la mejor.

Yo sí me largué, me largué a tiempo. Me fui, antes de que me echases por la puerta de atrás. Si algo gané, fue irme por la puerta grande, dando un enorme portazo. Un portazo de esos que dejan tras de si una verdad inamovible:"Me voy porque no me vas a echar". Ojalá pudiese decir que me fui ilesa, pero no fue así. Las heridas tardaron demasiado tiempo en cerrarse. Sé que, si hubiese sido por ti, no hubiesen sanado nunca. Tú habrías preferido que siguiese doliendo eternamente. Nunca fui lo que querías. Me acostumbré a echarte de menos. Me hice a la idea de que nunca más sería tu voz la que me susurrase al oído, no volvería a sonreír mirándote. No me reiría más contigo. Nunca más. Cuando dejé de hacerme daño a mi misma por todo ello, recordé que eras tú quien me lo hacía. Recordé lo que era una noche llorando, mendigar por un beso y toda una vida cediendo. Caí en la cuenta de que eras tú quien se daba media vuelta cuando yo estaba mal. Me acostumbré a que no estuvieses conmigo, porque en realidad nunca habías estado. No te debo nada. Me largué sin darte una sola explicación. Lo hice porque comprendí que, si seguía perdonando, tendría que hacerlo toda la vida. No era eso lo que quería para mí. Fue la única decisión puramente egoísta que he tomado en toda mi vida (también la mejor). No te odio. Espero, de todo corazón, que seas feliz. Pero no conmigo, porque nunca te lo has ganado.

Efectos bastante raros.

Odio el sentimiento de echarte de menos. Me hace sentir tan incompleta, tan rara. El simple echo de sentir que no estás aquí, que no vas a volver, que nada va a ser igual si vuelves, que todo ha cambiado y lo que aún queda por cambiar. Todo eso me enseñó a luchar, a saber ser fuerte, a valerme por mi sola, a saber seguir por el camino de la felicidad completamente sola, a comprender que no te hace falta una persona a tu lado para conocer la palabra alegría. A entender el dicho: Mejor sola que mal acompañada. Al fin y al cabo, dicen que el primer amor causa estragos en tu personalidad y cuerpo durante toda tu vida. Creo que el mío, ha empezado a hacer efectos bastante raros. Empecé a darme cuenta de que ya no necesitaba a nadie y a nada para sentirme realmente a gusto, a notar que con el tiempo todo el mundo se acaba pirando de tu lado, sin ni si quiera despedirse. Y todo esto te pasa después de haber sufrido tanto daño... ¿Para qué? ¿Para seguir echándote de menos?

Estoy hecha de mi.

Yo estoy hecha a base de Atlántidas sumergidas, de cometas que se llevó el viento, de trenes de camino al aeropuerto, de vuelos de vuelta a mi ciudad, de despedidas de las de llorar, de esas personas con las que te cruzas una vez y por mucho que te marquen, no las vuelves a ver, de finales que surgen, de finales forzados, de cuentos de princesas con el pelo tan largo que se puede trepar por él, de recuerdos de esas personas a las que tanto quise, de cicatrices que dejaron en mí esas personas a las que ahora no deseo no haberlas conocido jamás, de lo que han dejado mis errores. Pero también estoy hecha de cosas felices, de esas sonrisas que hacen que me mantenga en pie, de esos abrazos que me recuerdan que sigo viva, de esas miradas cómplices con brillo en los ojos, de esas canciones que nunca me han abandonado, de palabras que me tranquilizan, de esos dos besos con los que comienza una gran amistad, del roce de dos manos al cruzarse por el pasillo, de sentimientos que no se pueden controlar, de sonrisas justo antes de dormirme, de personas que me han hecho ser así.

El deseo inconfesable de una mentira tras otra.

Cuando él era el culpable de el sabor de todos los besos y creías que lo que te sobraba era tiempo, tiempo para asumir el dolor que conlleva el después. En el fondo, sabías cómo iba acabar, sabías qué iba a pasar. Aún así, escogiste mal. Él fue tu elección. Ahora comprendes que solo fue un cúmulo de decisiones mal tomadas. Una detrás de otra. Como la quemazón que sientes entre pecho y espalda la primera vez que bebes tequila. El dejavù de saber como termina la historia, seguido por el deseo inconfesable de oír una mentira tras otra. Tener sed y que no quede agua. Promesas sin cumplir. Miedo de querer. Un cielo anunciando lluvia. Esperar un mensaje que no llega. Jugar a hacerse daño. Querer tenerte cerca y que no estés. Dolor en vena. Irte a dormir y no tener con quién soñar. Despertar y no tener en quién pensar, darte cuenta de que nadie te espera en ningún lugar. Recordar, cuando la piel no aguantaba más.

Necesito necesitarte y que me necesites.

Hoy soñé contigo. Y duele. Soñé que te veía y un sentimiento irracional e impulsivo me hizo abrazarte con todas mis fuerzas y no deje ni que tan solo una milésima de segundo me alejara de estar junto a ti. Me dejé llevar por la sensación de tenerte entre mis brazos otra vez. Me dominaron mis instintos de quererte como antes. Necesito decirte que te quiero. No duele volver a tenerte.No duele abrazarte tras tanto tiempo. Lo que duele es levantarme dándome cuenta que todo fue un simple sueño. Que nada ocurrió en realidad. Pero la sensación fue tan real, que hasta mis brazos se ponen con la piel de gallina. Que mis ojos reflejen en el espejo la mirada más vidriosa que jamás hayan visto.
Despertarme e intentar rememorar cada instante en el que te abrazaba y después haber querido pegarte puñetazos por haber hecho todo esto. Por haber permitido que pasara tanto tiempo sin vernos. Dices que me echas de menos. Pero yo también echo de menos el volver a ser yo misma y a pesar de ello no te lo digo. Pero también tengo el sentimiento de odiarte por hacerme pasar todo esto.

¿Crees que no me importa?

Aunque duela tengo que hablar de ello, tu incrédula mirada no me dice nada pero necesito soltarlo de vez en cuando. Me duele pensar en que el pasado fue bonito, que todo parecía más que perfecto. Y que ahora vea imágenes que reflejaban lo que yo antes conocía como felicidad y que por tu culpa ese sentimiento ya no está. Me da pena mirarte a los ojos y ya no poder sentir esa complicidad que nos hacía más que esenciales el uno para el otro. Me duele saber que ya no podré mirarte a la cara sin sentir una gran decepción que no hace más que destruirme por momentos. Es como si cada recuerdo que imaginara en mi mente me estuviera pidiendo a gritos revivirlo una segunda vez, pero dicen que las segundas partes nunca fueron buenas y menos cuando ya esa persona no te aporta más que tristeza y nostalgia por que la cruda realidad no es más que una simple y triste mentira. ¿Que crees que no desearía decirte " te quiero " una vez más?, pero la impotencia y las lágrimas que no puedo controlar, me impiden decirte que a pesar de todo sigo aqui. Y cuando pienso que me encantaría volvértelo a decir pero que no puedo, que soy incapaz de decirlo... me muero de rabia. Y por eso tengo que luchar por mí, por ser fiel a mis principios, por no traicionar a mi corazón y por simplemente decirlo tal y como lo siento, pero cuesta...son muchas cosas vividas y no es fácil.
En estos momentos es cuando por la cabeza se me pasa esta frase: <<El mérito lo tienes tú, por que a pesar de lo sufrido en el pasado, has tirado para delante, a pesar de los tropezones te has levantado con la cabeza bien alta, has sabido afrontar tu destino y aún, hoy en día, tienes ganas de sonreír cada mañana y si no las encuentras, buscas un motivo por el que sonreír>> 

Tenía que decirlo.

lunes, 14 de mayo de 2012

Solo tiene que ser necesario.

A veces, todo es mucho más fácil de lo que parece. Solo es cuestión de que te obliguen. Cuando no te queda otra opción, lo arriesgas todo, y a veces ganas. Yo gané. Solo es cuestión de encontrar a alguien con unos ojos más grandes y una sonrisa más sincera. Alguien que te haga sentir como en una pelicula, y que cuando te abrace sientas que nada puede pasarte allí dentro. Cuando eso pase, cuando lo superas, cuando ya solo escuezan las palabras del pasado, podrás echar la vista atrás. Lo intentarás antes de tiempo, todas lo hacemos, y te dolerá y pensarás que nunca le vas a olvidar, pero sí. Podrás, como podemos todas, y te darás cuenta de que era lo mejor que te podía pasar. Que va a acabar solo, que nunca podrá coger cariño a nadie ni se merece que nadie se lo tenga, y hasta que no aprenda algo sobre la vida va a seguir igual de insoportable. Que, quién sabe, quizá lea esto y sepa todo lo que piensas, que era algo que te daba miedo antes. Y así, te podrás dar cuenta de que te da igual, de que lo único que sientes ya por él, es pena.

lunes, 7 de mayo de 2012

Venga, vamos a estar juntos.

Vamos a tirar la distancia por el el balcón, porque no nos importa. Ven conmigo al mar a gritarle al viento que has sido el mayor acierto de mi vida y a susurrarle que tus lágrimas saben más dulces que él. Mírame. Clávame tus pupilas y no las despegues de mí si no es para besarme, cuéntame todos tus sueños que yo los cumpliré uno por uno, hagamos locuras incomprensibles, deja que mis palabras se rindan a las tuyas una noche más. Porque estoy aquí, tan cerca que solo podrás verme si cierras los ojos, estoy aquí para sacar tus fuerzas cuando nadie pueda. Estoy aquí, hoy, y siempre.