Hay días, sobre todo a partir de cierta hora de la noche y de cierto número de pañuelos gastados, en los que pienso que me gustaría no ser como soy. Me gustaría ser divertida sin ser cruel, ser inocente, y dulce, y tener una sinceridad que no hiciese daño. Me encantaría tener la suficiente seguridad como para poder demostrar mis inseguridades, y la suficiente autoestima para aceptar los cumplidos y no tener que fingir que mi ego roza las nubes.
Si pudiese, elegiría que me gustasen las cursiladas y hablar sobre mis sentimientos, y risa de idiota y otra forma de vestir. No elegiría ser tan rara como soy, tan diferente, tan complicada hasta para mi misma.
No querría ser insoportable.
Si estuviese en mi mano, creerme que preferiría ser un poco más fácil de querer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario