sábado, 28 de enero de 2012

Me tienes para todo.

Sabes que me tienes, que estoy aquí para lo que necesites. No te lo he dicho, pero tampoco hace falta, me conoces, sabes que soy así. Me tienes aquí cada vez que tu hermana te ponga dolor de cabeza, cada vez que tus padres te castiguen sin salir, cada vez que no tengas nada mejor que hacer. Me tienes aquí para echarnos unas risas y que el tiempo pase más rápido. También me tienes cuando sientas que no puedes más, cuando el mundo se te caiga encima y te derrumbes. Me tienes aquí para sostenerte y, juntos, mandar los problemas a la mierda. Si quieres, también me tienes cuando no sepas, cuando nadie más quiera escuchar tus rayadas, cuando no expliques las cosas porque ni tu sabes que son. Me tienes para explicártelo o si no, para inventarnos un significado que solo entendamos nosotros. Me tendrás siempre que me necesites o me quieras tener, ya deberías haberte dado cuenta. ¿El por qué? No lo sé. Quizá porque soy así de buena, quizá porque te quiero, o quizá porque soy gilipollas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario