Estaba loca de atar. Loca de remate. Loca de la cabeza y de cada poro de su piel suave. Loca de impredecible. De incoherente y contradictoria. Era contraproducente. Estaba tan loca que ni sus propios amigos la entendían. Tan loca que prefería salir de fiesta sola pero era incapaz de salir a pasear sin que alguien le hablara en todo momento. Por eso solía ponerse los cascos para escuchar su canción favorita y vagabundear por las calles durante horas e incluso días imaginando como sería su vida si fuera capaz de seguir las convenciones sociales...
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