martes, 8 de noviembre de 2011
Pongamos que...
Ahora vamos a cambiar la historia. Pongamos que eres tú el que me quieres y que soy yo la que pasa de todo, la que quiere a tí y a ocho más, no importa si son altos, bajos, morenos... es igual. Imagínate también que tampoco me importa si después se enamoran de mí o se dejan de enamorar. ¿Te lo estás imaginando muy muy bien? Pues sigue imaginándote que ahora soy yo la que te utiliza cuando a mi me da la gana. Entonces, yo sería una puta y tú un pobre chaval ¿no? Pero la historia verdadera es al revés, entonces, aquí tú eres el crack y yo soy gilipollas ¿no?
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