Es algo increíble todo lo que puede suceder cuando una persona especial entra en tu vida. Algo mediantemente insignificante como un simple saludo o un simple beso en la mejilla pueda llegar a ser lo más complejo. Una mirada que te atrapa que te lo dice todo y a la vez nada. Es una locura que sólo con esas cosas me pueda emocionar tanto pero soy de las que piensan todavía que las cosas pequeñas cambian el mundo y supongo que lo seguiré creyendo toda la vida. No me hacen falta grandes detalles para valorar algo y es que siempre suelo recordar una pequeña pero gran frase: las mejores fragancias se guardan en frascos pequeños. Pero ahora ya no hay ni de esos detalles.
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